ORGULLO YUCATECO

  • Entrevista literaria a los dueños de Casa Silvestre.
    Oficialmente publicado en inglés.

  • Fotografiado por Leafhopper
    https://leafhopper.eu/

    Galopina
    https://galopina.com.mx/en/

Si algo tiene México es que es un país que acoge al visitante. Amables hasta la extenuación, los mexicanos son los anfitriones que todo visitante quisiera tener. No es de extrañar el boom que el país está viviendo gracias a ello. Tampoco que muchos no sólo hayan decidido quedarse a vivir sino abrir su propio hospedaje para recibir a personas de todo el mundo.

Para Elisa y Guillaume, dueños de Casa Galopina, este lugar no es simplemente un hotel: “Es una casa. Un proyecto de familia. Y como tal, le damos el cuidado que merece y el que merecen nuestras visitas”, resume Elisa. Galopina es el fruto de una vida conjunta, de la suma de dos personalidades fusionadas pero también individuales. “En Galopina hay corazón, sudor de nuestro trabajo y pasión por lo que hacemos. Se trata de una ventana abierta para Guillaume y para mí para poder expresar nuestras pasiones. Para él, la naturaleza, los árboles, el huerto… Para mí, el diseño, la cocina… Y para los dos: el encuentro con nuevas culturas y aventuras a través de nuestros invitados.”

Lo cierto es que ubicar Casa Galopina en un mapa impresiona a cualquiera. Situada en pleno parque natural de Anillo de Cenotes, en Mérida, Yucatán, no se atisba gran actividad humana en los alrededores. No en vano, Casa Galopina se halla sobre 7 hectáreas de terreno donde el vecino más cercano se encuentra a 1 kilómetro de distancia. “El entorno es lo que arropa a Galopina y la arropa muy bien. Es el vestido y espacio ideal en el cual, la casa y la naturaleza hacen un match perfecto. La reserva juega un papel crucial. Podemos ver las aves de diferentes colores por las mañanas, escuchar los grillos y ver el cielo estrellado por la noche”.

Galopina es un lienzo donde expresar y crear espacios en armonía para la gente que nos visita, donde tengan la experiencia de vivir en una casa mexicana sin caer en el cliché. Hay una anécdota detrás de cada mueble, pues todos los fuimos encontrando aún sin que existiera la casa
— ELISA

En Galopina, los huéspedes más hedonistas pueden relajarse con un libro de la biblioteca junto a la piscina mientras maridan una cerveza o un cocktail con un poco de guacamole o hummus del ‘honesty bar’. Los más intrépidos, sin embargo, pueden aprovechar que Yucatán es de los principales productores de miel a nivel mundial y dejarse imbuir por las costumbres de la zona cuidando de las abejas. “Las abejas juegan un papel muy importante en la preservación de nuestro medio. Su cuidado es una actividad no lucrativa a la que nuestros huéspedes pueden unirse si así lo desean. Hay días en que sólo se va a ver que todo esté en orden y que no haya invasión de otro insecto. Otros días, se hace la colecta de miel, que sucede sólo tres veces al año. La miel la usamos en la cocina. Tratamos de endulzar todo con nuestra miel, desde aderezos, tartas, pasteles, salsa… También la tenemos en venta para que nuestros huéspedes puedan llevar un recuerdo de su dulce estancia en Galopina”, señala Elisa.

La casa cuenta con un sinfín de elementos personales con los que Elisa y Guillaume han conseguido conectar con quienes les visitan. Nada se ha elegido al azar. “Cada habitación de Galopina ofrece una vista directa a la vegetación silvestre y endémica. Todas las habitaciones son diferentes, los detalles de interiorismo fueron hechos por artesanos, otros por Guillaume y otros por mí”, explica Elisa. Ésta confiesa que el diseño es una de sus pasiones. “Galopina es un lienzo donde expresar y crear espacios en armonía para la gente que nos visita, donde tengan la experiencia de vivir en una casa mexicana sin caer en el cliché. Hay una anécdota detrás de cada mueble, pues todos los fuimos encontrando aún sin que existiera la casa”.

Para los detalles de estructura, Guillaume y Elisa se dejaron acompañar por el estudio de arquitectura TACO. “Queríamos que se le hiciera honor a Yucatán, por lo que era evidente trabajar con un equipo de la región. La creación fue en conjunto pues Galopina es un proyecto personalizado. La idea ya existía y TACO captó muy bien lo que teníamos en mente. El proyecto nos apasiona, por lo que quisimos estar involucrados desde la concepción hasta el final”.

Si México destaca por su profundo arraigo a la tierra, Yucatán es quizá una de las zonas en las que más fuerte puede percibirse ese orgullo. Un apego a la tradición que Elisa y Guillaume quisieron imprimir a Galopina: “Yucatán tiene una gran influencia en la casa. El haberla creado con el taller yucateco TACO fue un gran acierto pues tienen un sello que los distingue y que forma parte de la arquitectura representativa -y prometedora- de la región. En el diseño, la influencia yucateca está presente en los materiales, en la metodología de aplicación de los detalles, en los productos y en la valiosa mano de obra que levantaron paredes, pusieron suelos y colaron nuestros techos. Galopina es 100% yucateca, y estamos muy orgullosos y felices con el resultado logrado”.