EL ESPACIO ENTRE LAS MANOS

CHILLIDA COLLECTION

Las manos, qué belleza atávica encierran. Con ellas nos comunicamos, creamos, construimos, nos alimentamos, damos calor, acariciamos pero también nos aferran a algo; con ellas peleamos y luchamos. Es curiosa la excelsa mutabilidad de las manos. Reflejan nuestra situación vital casi antes que cualquier otra parte del cuerpo. Manos de pianista, manos de estibador, manos de cocinero, manos de cuidadora, manos de artista... cada una de ellas dibuja una imagen más o menos clara en el imaginario social.

Eduardo Chillida (1924-2002) plasmó las suyas durante toda su vida. Nunca dejó de hacerlo. Esas mismas manos le llevaron a forjar una extensa obra de acero y hormigón pero también a verter sus reflexiones en escritos y obra gráfica, desde dibujos a gravitaciones. Es precisamente en esta última práctica donde nanimarquina se ha imbuido para la nueva colección que homenajea al escultor cuando se cumplen 100 años de su nacimiento. Las gravitaciones no eran simples hojas superpuestas sino relieves escultóricos. El propio artista habló del hallazgo y desarrollo de esta nueva forma de relieve escultórico hecho con papel: “A mí nunca me había gustado la cola. El hecho de pegar los papeles no me parecía lo ideal. De repente pensé: ‘¿Por qué en vez de pegar estos dos papeles, no los unes de alguna manera con cuerda o con lo que sea?’ Empecé a darle vueltas, a hacer pruebas y apareció la solución. En el lugar donde antes estaba la cola, metía el espacio. ¡Cómo vas a comparar el espacio con la cola! La ganancia es tremenda”.

La tensión dramática en la forma de superponer o intercalar los fragmentos de papel, ha sido la obsesión de nanimarquina al transformar en alfombra cada una de las obras elegidas. “Jugar con las técnicas artesanales como handknotted, sumak o handtufted; con las fibras, lana y seda; y con las distintas alturas, ha permitido reflejar en la colección esa suspensión que Chillida buscaba en sus gravitaciones”.

El resultado son cuatro piezas nuevas que completan la Colección  Chillida iniciada hace una década.  Tres alfombras y un tapiz para cuya creación se realizó una retrospectiva de las obras pictóricas del artista vasco, desde la Gravitación de 1997, Gravitación Tinta de 1996, Preguntas de 1994 hasta el tapiz basado en Gravitación Tinta 1991.

Tan amante de la materia como Chillida, Nani Marquina prestó especial atención a la composición de sus alfombras y a los procesos de manufacturación desde el inicio de su marca en 1987. Seis años después, emprendió su aventura empresarial más audaz trasladando la producción al norte de India. Un movimiento que supuso la incorporación de la artesanía y la tradición como fundamentos de su diseño: las manos, de nuevo, como rasgo del modo de producción tan característico de la firma  a día de hoy.

En el 36º aniversario de la firma, Nani Marquina sigue dirigiendo el área creativa de manera muy personal: “La pasión por el arte y la admiración que me causa la naturaleza definen la esencia de mi trabajo, donde el arte y el diseño se mezclan de una manera intuitiva”, explica la creadora, que continúa: “Por este motivo he querido homenajear a Chillida, un artista de mi tiempo y de mi país cuya manera de entender el espacio me influenció enormemente.”