JAY VOSOGHI

Al son del ritmo marcado por su fundador Jay Vogoshi y de la mano de expertos artesanos, el vidrio realiza un baile hipnótico impulsado por una combianción de fuego y aire que termina en la creación de un objeto de diseño lleno de color y sensualidad. Así son los primeros pasos de Research and Design Lab, un laboratorio de diseño que nace en 2006 impulsado por una esteta devoción hacia la silueta y el color.

La cristalería soplada a boca por artesanos especializados con vidrio borosilicato de gran resistencia, la cerámica de loza hecha a mano y esmaltada con técnicas atávicas, y las fibras nobles de las mantas tejidas a mano, son testigo del profundo respeto de esta casa por la manufactura tradicional italiana.

La firma de diseño afincada en Milán representa la admiración por una estética sofisticada cuyos estándares se obtienen únicamente a partir del trabajo artesano y el empleo de un material de la más alta calidad. “La investigación y el diseño están en el corazón de nuestros proyectos. Junto a artesanos y pequeños fabricantes tradicionales, trabajamos para crear productos altamente distintivos que sean funcionales, sostenibles y significativos para la vida moderna”, explica Jay.

Contrario a la corriente de consumo voraz de su sector, R+D.LAB apuesta por un lujo austero y alejado de ornamentaciones innecesarias que pone en el centro al diseño funcional, racionalista y elegante. Su trabajo parte de una postura ética ante el sistema, donde los objetos pueden y deben ser utilizados, disfrutados y vividos. No son obras de arte que admirar sino útiles con una funcionalidad diseñados para perdurar. Según Jay, “lo que está pasando en la moda también está sucediendo en el diseño. Es lo que yo llamo fast design. Nuestra filosofía es todo lo contrario. Queremos que la gente pase nuestro producto de generación en generación”.

El diálogo transversal y sin imposiciones con los artesanos, expertos en el material, define la fórmula de trabajo en R+D.LAB: “Nos dejamos guiar por los expertos manufactureros en el proceso de producción. Colaboramos con ellos y los involucramos, porque son quienes realmente conocen las posibilidades de creación de nuestro diseño”.

Vivimos y trabajamos en una ciudad que se convirtió en lo que es hoy después de la guerra, cuando algunos arquitectos y diseñadores de todo el mundo vinieron a reconstruirla. Milán es diferente, es una ciudad de belleza escondida, austera
— JAY VOSOGHI

El color, que inunda y llena de vida cada una de sus colecciones, es otro punto de fuga de R+D.LAB con respecto a la tendencia actual. “Quizá provenga de mi experiencia en moda”, explica Jay. “El color es vida y emoción. Cuando estábamos en la sesión de fotos con Martino Di Napoli Rampolla, éste dijo “estos colores son muy hermosos. Me recuerdan a algo”, a lo que le respondí “claro, te recuerdan a la cocina de tu abuela. La forma y el color te recuerdan a ese período. Y sí, son las mismas formas y colores, pero con un diseño actualizado”.

La gran presencia del color viene inspirada en el Milán neo-racionalista de los años 50, 60 y 70. Paradigma de una belleza austera cuyo atractivo se va desvelando poco a poco, esta ciudad tiene un gran significado para el trabajo de R+D.LAB: “Es parte de nuestro ADN, nuestra inspiración. Vivimos y trabajamos en una ciudad que se convirtió en lo que es hoy después de la guerra, cuando algunos arquitectos y diseñadores de todo el mundo vinieron a reconstruirla. Milán es diferente, es una ciudad de belleza escondida, austera, y es precisamente ese equilibrio entre lujo y frugalidad el que quisimos transmitir en las fotos de nuestra nueva colección”.